Manzanas podridas en el fondo de casa

X lleva una vida ordenada y algo solitaria. Cuenta con treinta y cinco años, tiene su departamento propio, auto y un buen puesto de trabajo. Cree haber curado las heridas de una añosa relación que no llegó a buen destino. De esa época ha quedado en el camino un amplio terreno con una casa a medio terminar, dos perros, y una mujer llamada Paula a la que amó y con la que no pudo forjar el sueño de formar una familia.

   Dos años después de la separación, una tarde junto a un viejo amigo próximo a casarse, visitan una casa en venta. Una charla entre ellos lo introduce en una experiencia obsesiva que con el correr de los días no puede manejar: revisar con meticulosidad ese pasado dónde sus sueños habían terminado deshechos.

   X tropieza una vez más con su propia historia, pero esta vez lo aturde descubrirla gobernada por variables muy distintas a las que había concebido hasta entonces. En esta búsqueda, el mundo misterioso y sombrío que se abre ante sus ojos comienza a corroer con eficacia sus creencias, a fomentar la necesidad de rever situaciones en apariencia ya resueltas. Engaños, brujerías y muerte viajan del pasado para instalarse en un presente que marcará de manera irreversible su vida.

   Una novela de suspenso, ágil y  sólidamente construida. Una narrativa despojada pero a la vez contundente a la hora de hacernos vivir de cerca una realidad asfixiante y por momentos tenebrosa. Una historia que se nutre de peligrosas obsesiones, que sofoca y desespera en un goteo de finales que parecen no querer cesar.