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floreslaura

“Muros de ayer... promesas del mañana: potencialidad de uso en cinco cascos hacendarios
zacatecanos” es una suerte de utopías que por primera vez, en el ámbito del rescate
hacendario de Zacatecas, despiertan inquietudes y visiones posibles de germinar a mediano y
a largo plazo con bastantes posibilidades de éxito. Como aquellas que tuvieron los
descubridores del siglo XVI al ser dotados de mercedes materiales e inmateriales por parte
de la corona española; o las que alimentaron los trotamundos emprendedores de la nobleza
española albergando la fantasía de levantar infinitas murallas de adobe para abrigar los
propósitos de convertir yermos pasajes en espléndidos vergeles, multiplicar rollizas y vastas
cabezas de ganado, transformar en oro las agrestes vetas del desierto, y todo esto para
desplegar un poderío generacional sobre la tierra, la mano de obra y el dominio del mercado
local y trasatlántico. Lo que fuera la unidad de producción - como muchos han dado en
llamar al fenómeno hacendario en México - diseñó y planificó un mercado económico por
más de tres siglos, visualizando su sostenimiento para la posteridad. Así, no sólo el sistema y
su lógica de mercado, sino las propias edificaciones estaban destinadas a sobrellevar la línea
del tiempo y, no obstante la ruptura coyuntural de la Reforma, la Revolución y el reparto
agrario, algunas toleraron los embates de la transformación económica y se mantuvieron a la
zaga de los movimientos monetarios y poblacionales para resistir como núcleo de las
comunidades que ahora las rodean y siguen suministrándoles vida.