La idea del Cardenal surge de "La vuelta al día en ochenta mundos", donde las mascotas de Cortazar tienen nombres de categoría. Los textos son hijos de la Venganza y de leer a wilcock en los laberintos de Borges, solo apara encontrar el castigo de fedor y de toda la patota de intelectuales rusos. Tras el desencanto, el resultado final es un puñado de arroz húmedo que nadie comerá.
Segunda parte de una serie de microcuentos inservibles, insípidos y categóricos. No haran mas que hacernos perder el tiempo con malicia., [...] Ver libro