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El conocimiento matemático está en la base y es condición de civilización. Tradicionalmente se asocia el proceso de sedentarización humana a la revolución agrícola, al nacimiento de la escritura, a la presencia de la educación formal; sin embargo el papel del conocimiento matemático no resulta de ningún modo menor como factor de desarrollo y potenciación de las primeras altas culturas, al igual que el de otras áreas vinculadas con este vasto y complejo campo del saber: la física, la química, la biología y sus diversas ramas.

El conocimiento matemático es instrumento y termómetro de la realidad de un pueblo. La matemática es base de la construcción, de la planeación, del cálculo, del comercio, de la comunicación, de la tecnología militar, de la observación astronómica y es instrumento imprescindible de múltiples disciplinas.

Son ya legendarios los conocimientos matemáticos de los egipcios y sus avances en la geometría; de los hindúes y los árabes y su contribución al sistema de numeración actual en base 10; de los mayas y su sistema de numeración vigesimal que hacía uso del cero.

En los últimos siglos poderosas naciones como Rusia, E. U. Inglaterra o Alemania han tomado como un pivote o palanca de su desarrollo y expansión al conocimiento científico incluyendo claro está, a la matemática.

Pero la matemática como otros campos, no es sólo conocimiento; es referente y tendencia formativa. Quien se adentra en ella se transforma cognitiva, intelectual y lógicamente.