¿Qué está pasando en el mundo? Esta es la pregunta que muchos se hacen hoy en día después de acontecimientos como la victoria de Donald Trump en EE. UU o el Brexit. A modo de detalle cabe decir que el referéndum sobre el Brexit fue llamado en Reino Unido como referéndum por la independencia, lo que da una pista de las implicaciones de tal decisión y el nivel de integración que se había alcanzado con el resto del continente. Es evidente que estos dos cambios en la geopolítica de estas dos naciones terminará por arrastrar a otras en la misma dinámica. Lo curioso de ambos cambios es que surgen de posiciones no reaccionarias con el sistema, como podrían ser partidos de índole nazi o antisistema, sino que son sectores moderados los han llegado a la conclusión de que era lo mejor para sus países. Sectores que no eran para nada minoritarios tal y como parecía en un primer momento, sino que contaban con apoyos amplios dentro del poder y la sociedad civil.
Si por algo ha sorprendido esta serie de cambios es porque ha pillado a contrapié a casi todo el mundo. Se vivía una evolución dentro de la globalización y el libre mercado que parecía no tener retorno, y de repente algunos de las principales economías mundiales se decantan por el proteccionismo y la defensa de sus fronteras. Este cambio de tendencia dentro de la parte más conservadora de las democracias occidentales ha sorprendido al resto del espectro político dejándolo descolocado. Creo que nadie se esperaba algo así, y menos aún que se presentara y se llevara a cabo en un periodo de tiempo tan breve. Ese fue el secreto de su éxito, que quienes estaban en contra no terminaron de tomárselo en serio y quienes estaban a favor iban con determinación con la convicción de llegar hasta el final.