Estoy tan segura como de la inmensidad del Universo, que si desde pequeña hubiera adquirido el hábito de ahorro tendría más seguridad al tomar decisiones en el presente, fuera una persona mucho más ordenada, una mejor administradora, tendría más disciplina para comprar y adquirir bienes y lo más importante, tuviera un fondo destinado a alguna inversión: llámese escuela, casa, carro, gastos personales, futuros negocios, regalos para navidad, gastos de emergencia, etc…
Si bien es cierto que para buscar mejorar antes de cambiar lo visible podemos cambiar lo invisible, quiero con este libro dar herramientas para fortalecer el pensamiento más puro y moldeable (el de un joven) incentivando valores, puliendo competencias y sembrando una semilla de prosperidad en las mentes de aquellos quienes son nuestro futuro como país. Quiero hacerle ver lo lejos que se puede llegar, lo grande que se puede ser y lo mucho que se puede tener con el grandioso hábito del ahorro.
Estando conscientes de que México puede ser un país de pequeños inversionistas, brindemos a nuestros pequeños pensantes la mejor herramienta para crecer financieramente: el hábito del ahorro.