Miguel Savage es oriundo de Adrogué, Provincia de Buenos Aires, pero hace mas de 25 años que vive en la ciudad santafesina de Venado Tuerto. Está casado y tiene dos hijos, Patricio de 25 y Margarita de 21.
A la edad de 19 años era soldado conscripto del Regimiento 7 de Infantería Mecanizada de La Plata, cuando estalla la Guerra de Malvinas en 1982.
En esos dos meses, sobreviviendo en un pozo congelado, se conectó con su esencia y descubrió fortalezas que no imaginaba tener. Aprendizajes que llevaría muchos años asimilar y no se enseñan en ninguna Universidad. Y descubrió, cuando el trauma pudo calmarse un poco, que compartir estas experiencias con los demás, aliviaba mucho su sufrimiento y podía generar cambios profundos con el resto de la sociedad.
Él viajó tres veces a las islas para poner los fantasmas a descansar. En uno de esos viajes, devolvió un pulóver azul que había sido tomado en una estancia donde habían ido en una patrulla.
Durante 20 años no habló de tema. Pero una pesadilla en el 2001 es el comienzo de un alucinante camino sanador, que fue poner en palabras el horror.
Para Miguel, hay tres formas de enfrentar situaciones de gran sufrimiento: tapar todo, victimizarse o abrazar la herida y transformarla en algo positivo. Es por eso que nos acompañará en la narración de su historia de vida, compartiendo los aprendizajes y la resiliencia aprendida.
Todo esto, está dedicado con emoción, a la memoria de los que murieron en el 82, y los que luego se quitaron la vida. Argentinos y británicos.