Cuarenta poemas de amor para mi hermosa dama

Los poemas nacen y mueren, llevados por el aire; se convierten en los mensajeros del amor, de la tristeza, de la ausencia; pero también de la felicidad, de la dicha, del sentimiento. Estos cuarenta poemas son una promesa, largo tiempo aplazada, que le hice a mi hermosa y silenciosa dama: escribirle una antología de poemas, para sentirla más cerca. Y con ellos, alcanzamos un nuevo nivel, en el juego que hace varios años nos unió y separó al mismo tiempo. Pero también pueden ser leídos por cualquier alma enamorada, porque la poesía no entiende de cuándos, ni de dóndes, ni de por qués. No son otra cosa más que sentimientos, universales...