He pasado años en soledad, y mi amistad es mi propia conciencia; me he estudiado durante varios periodos emocionales, y me he hecho rata de mi propio laboratorio para la comprensión del cerebro humano, las actitudes y... las enfermedades mentales. Siento una enorme fascinación por las criaturas palpables sobre la tierra que todos evitan como si no existieran, no importa incluso si gritan para hacerse presentes, todos voltean la mirada y siguen su rumbo por la acera. Y cuando los niños preguntan por esas personas, las madres dicen "son locos".
Tratando de comprenderme he comprendido a varios diagnosticados; y ellos merecen que inclusive quien no padezca algún trastorno severo o quien no sea diestro en la psicología, gente "normal" pueda comprenderlos para aceptarlos en la sociedad como personas y no como adefesios, yo escribo para sacar mis propios demonios, y al saber que otros enfermos como yo se han identificado con algún cuento que he hecho, puedo hacer que las personas sanas sepan lo que nos envenena por dentro. Y no a través de manuales psiquiátricos, sino a través de cuentos, libros, historias. Siento que esto le hace falta al mundo.
Yo escribo para los locos y para los cuerdos que quieran comprendernos.