El autor mexicano Rodrigo del Val nos habla sobre como convertirnos De Jefe Insoportable a Líder Inspirador en 90 días.
¿Quién es Rodrigo del Val en realidad? ¿Cómo te definirías?
Soy padre de 4 hijos y esposo desde hace 24 años de una gran líder que nos dirige a todos maravillosamente.
Me gusta combinar la teoría y la práctica, aprender y aplicar lo que aprendo, ya sea enseñándolo o en roles de liderazgo.
¿Es tu primer libro? ¿De qué manera se vincula con tus otros trabajos?
No, es mi segundo libro, pero el anterior fue mucho más un hobbie ligado a mi rol como rector universitario. El libro se llama 35 frases que tus padres no quieren responder, sin conexión alguna con este libro.
¿Qué próximas conferencias tienes previstas?
Acabo de impartir una para Fundación Telefónica, pero mi labor actual está más orientada al curso de Liderazgo transformador basado en el libro y que ha tenido mucho éxito.
¿Por qué es importante leer este libro? ¿En qué se diferencia de otros sobre este tema?
Su principal diferenciador está en el énfasis en la Introspección, en que el líder se mire a sí mismo y se haga consciente del impacto que tiene su liderazgo. Soy un convencido de que muchos líderes no cambian sencillamente porque no se dan cuenta de que deben hacerlo. El que no sabe, no sabe que no sabe.
¿Cuáles son los aspectos y fortalezas más destacables de tu libro?
Me parece que son dos. Lo que me dicen con más frecuencia es que es un libro aterrizado, práctico, con el que el lector se identifica por estar cerca de su realidad. No es un libro de teorizaciones complejas, sino de ejemplos que conectan con la situación de casi cualquier líder y cualquier persona, aunque no tenga gente a su cargo.
Lo segundo son los ejercicios que pueden hacerse conforme se avanza en la lectura, y que hacen posible el cambio en 90 días. Los ejercicios refuerzan la introspección y el cambio.
Antes de despedirte danos unos consejos para evitar ser un jefe insoportable, y cómo mejorar.
El libro aborda varias sugerencias; las más radicales son complejas porque son profundas: conocernos y cambiar nuestros motivos, paradigmas y emociones. Después hay que construir relaciones cercanas mediante técnicas concretas: escuchar con empatía y hacer buenas preguntas que construyan un entorno de seguridad y reduzcan el excesivo centralismo. Por último, hay que volver a lo básico: desarrollar a tu equipo mediante buena y frecuente retroalimentación, y reducir la resistencia para ser un agente de cambio.
Gracias Rodrigo, por compartir tu experiencia con nosotros y aprovechamos también de recomendarles la versión digital de su obra.