Aprovechando el Día internacional de la poesía, queremos presentarte a cinco poetas mexicanas que muy probablemente no conocías. Añadimos también algunas muestras de su trabajo y algunos enlaces donde puedes encontrar más información sobre ellas.
Karen Villeda
Esta Tlaxcalteca de 33 años es una de las poetas mexicanas galardonadas más jóvenes. Ha colaborado en revistas como Punto de Partida y Tierra Adentro; ha sido becaria de la Open Society Foundations, The Ragdale Foundation , del programa Jóvenes Creadores del FONCA y cuenta con una ristra de premios a sus espaldas. En 2015 participó en el Programa Internacional de Escritura de la Universidad de Iowa. En este enlace de la Enciclopedia de la literatura de México podrás encontrar algunos audios en que ella misma declama sus poemas.
Carmen Boullosa
Además de poeta, Carmen Boullosa es novelista, guionista y dramaturga. Forma parte de la generación, sin nombre, que se agrupó alrededor del Taller Martín Pescador y de la que también formaron parte Roberto Bolaño y Verónica Volkow, otra de las poetas mexicanas poco conocidas. En su web personal podrás encontrar más información sobre su trabajo. Te compartimos uno de sus poemas, «Carta al lobo».
Carta al lobo
Querido Lobo:
Llego aquí después de cruzar el mar abierto del bosque,
el mar vegetal que habitas,
el abierto de ira en la oscuridad y en la luz que lo cruza a
hurtadillas,
en su densa, inhabitable noche de aullidos que impera
incluso de día o en el silencio,
mar de resmas de hojas
que caen y caen y crecen y brotan, todo al mismo tiempo,
de yerbas entrelazadas,
de mareas de pájaros,
de oleadas de animales ocultos.
Llegué aquí cruzando el puente que une al mundo temeroso
con tu casa,
este lugar inhóspito,
inhóspito porque está la mar de habitado,
habitado como el mar.
En todo hay traición porque todo está vivo…
Por ejemplo, aquello, si desde aquí parece una sombra,
¿hacia dónde caminará cuando despierte?
Como fiera atacará cuando pase junto a él,
cuando furioso conteste al sonido de mis pasos.
Así todo lo que veo.
En todo hay traición
…era el camino, lobo,
la ruta que me lleva a ti…
Escucha mi delgada voz, tan cerca.
Ya estoy aquí.
Escoge de lo que traje
lo que te plazca.
Casi no puedes mirarlo,
insignificante como es,
perdido en la espesura que habitas.
Estoy aquí para ofrecerte mi cuello,
mi frágil cuello de virgen,
un trozo pálido de carne con poco, muy poco que roerle,
tenlo, tenlo.
¡Apresura tu ataque!
¿Te deleitarás con el banquete?
(No puedo, no tengo hacia dónde escapar
y no sé si al clavarme los dientes
me mirarás a los ojos).
Reconociéndome presa
y convencida de que no hay mayor grandeza que la del
cuello de virgen entregándose a ti,
ni mayor bondad que aquella inscrita en tu doloroso,
lento,
interminable
y cruel
amoroso ataque,
cierro esta carta.
Sinceramente tuya,
Carmen.
Reneé Acosta
Nacida en la Ciudad de México y marcada por el norte, específicamente por Chihuahua de donde es oriunda. La atmosfera del norte es un punto trascendental en su obra. Cursó la licenciatura en Filosofía y un Posgrado en Relaciones Culturales Internacionales. Su poética integra tópicos científicos, filosóficos y sus vinculaciones. En la página de Círculo de poesía puedes encontrar más textos suyos y de otras poetas mexicanas. Te compartimos En la biblioteca de Tokio.
En la biblioteca de Tokio
En la biblioteca de la escuela imperial de Tokio
hay un libro donde un niño dejó en 1958
una mariposa muerta en uno de los poemas
de Saito Mokichi por la muerte de su madre
En 1962, una estudiante pidió de préstamo
ese mismo libro y colocó una flor junto
a la mariposa, dos días después de la muerte
de su madre
En 1968, un profesor de literatura japonesa
del siglo XX, pidió el libro para impartir
su clase
leyó solamente las primeras páginas
porque tenía prisa y devolvió el libro
Ese mismo año un estudiante pidió el libro
encontró la mariposa y se llevó la flor
mientras que la mariposa permaneció
otros años más en los libreros
indescifrada con los signos
Natalia Toledo Paz
Natalia Toledo es una de las poetas mexicanas —como Irma Pineda, por ejemplo— que trabajan en dos lenguas; zapoteco y español. Ha participado en distintos talleres, recitales y festivales de poesía alrededor del mundo como el Rencontres Littéraires Internationales, en Francia, el Internacional de Poesía de la Casa Nacional de la Poesía, en Argentina, y el Premio Nacional de Literatura Nezahualcóyotl 2004. Es hija del artista oaxaqueño Francisco Toledo y actualmente es Subsecretaria de Desarrollo Cultural, México 2018-2024. Te compartimos —Lo que soy, lo que recuerdo— Aquí puedes encontrar más de su trabajo.
Ni náca’ ne ni reedasilú naa
Ti mani’ nasisi napa xhiaa ne riguite.
Ti ngueengue rui’ diidxa’ ne riabirí guidiladi,
naca’ ti badudxaapa’ huiini’ biruche dxiña cana gutoo ne qui nindisa ni
ti dxita bere yaase’ riza guidilade’ ne rucuaani naa.
Rucaa xiee ti yoo beñe zuba cue’ lidxe’,
naca’ layú ne guirá lidxi.
Ti bandá’ gudindenecabe,
ti miati’ nalase’ zuguaa chaahui’galaa gui’xhi’ ró.
Ti bacuxu’ sti nisa, sti yaga guie’, cadi sti binni.
Naca’ tini bi’na’ Xabizende.
Naca’ ti bereleele bitixhie’cabe diidxa’ gulené.
Lo que soy, lo que recuerdo
Una libertad que retoza y no se ha hecho fea.
La sensibilidad de un loro que habla,
soy la niña que se le caen las cocadas y no las levanta,
un huevo de gallina negra me recorre y despierta.
Soy una nariz que huele el adobe de la casa de enfrente
un patio y todas sus casas.
Una fotografía regañada,
un trazo delgado en medio de la selva.
Una flor para el agua, para otras flores y no de las personas.
Soy una resina que lloró San Vicente.
Soy un alcaraván que ahogó su canto en otro idioma.
Tedi López Mills
Esta poeta con un nombre tan particular, heredado de su tío fallecido en la segunda guerra mundial, también es traductora y escritora. Ganadora de diversos premios internacionales entre ellos el Premio Xavier Villaurrutia. Estudió Filosofía en la UNAM y en Sorbona en París, donde realizó más tarde estudios de maestría en literatura hispanoamericana. En 1994, obtuvo la beca «Jóvenes Creadores» del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.Te compartimos un fragmento de Los pasos de Arcadia.
I
Cada árbol, cada pájaro, cada pez,
cada liana o lirio en la estela del barco,
cada insecto alumbrado por el sol de la piedra,
cada nube que transigía con un cielo distinto,
cada luz pasajera en el prisma de las horas,
o el clima de llegada o de ida,
la fractura de humedad en la vereda
antes de tocar el agua
y decir que era la misma siempre
aunque era otra la mano
porque el tiempo fue un rasgo de la piel
y no la esfera donde ocurrió el paisaje:
una parodia de la creación
en la naturaleza de los nombres
o a distancia un génesis irónico:
yo lo hice pero no miré
más allá de mi estrofa
en la calzada del barrio,
no vi el lugar del suceso;
vi la utopía de una forma
y el arte de fijarla donde no había nada.
Esta pequeña selección de poetas mexicanas es una pequeña muestra de un género muy basto que cuenta con cientos de exponentes que no son tan conocidos, ¿Te gustaría añadir alguien a la lista? Cuéntanos en los comentarios.