Gracias a Dios el amor me persigue,
para que no sea, un muro sin silencios,
en él está el grito y el sentimiento ,
de cada uno de mis hijos y amigos.
A ellos cada día me entrego, abrazado
al árbol que planté, con la semilla
del amor,
hoy escribo en las mismas hojas
de su verde florecido y voy plasmando
en ellas
Todos mis sentidos , cumpliendo
los sueños de la ley de la vida.
Con las tres cosas ya cumplidas
plantar un árbol, tener hijos,
escribir un libro,
Desde las sombras de la histórica
ciudad de Concepción del Uruguay,
tierras de grandes caudillos
de mi Provincia Federal,
que firmaron con el rojo de su sangre
Las bellezas de su tierra natural,
con el nombre bendecido por su gloria,
bajo el cielo límpido de Entre Ríos ,
donde he nacido llevando en mi alma
y corazón
Las letras que hoy escribo y comparto,
como sueño de niño en éste libro,
que lleva en sus letras los colores,
de mi querida Argentina.