Aunque el arte y la estética envuelven completamente nuestras vidas, pocas veces nos paramos a pensar en qué son, qué representan y cuál es su sentido. Ni tan sólo si son conceptos iguales, similares o distintos. Se podrá argumentar que no hace ninguna falta (y en cierto sentido es así), pero conformarse con ver pasar las cosas sin pensar en ellas no es propio de una sociedad que se tenga por culta. Toda reflexión sobre cualquier fenómeno, nos enriquece como personas, a la vez que rendimos tributo a los pensadores que nos precedieron y contribuyeron a mantener nuestra civilización alejada de la estéril mediocridad.