No todas las historias llegan igual al corazón, ni todos los corazones se ablandan con la misma facilidad. Pero durante los meses de invierno todo cambia. No hay nada mejor que sentarse en el sillón con una taza de chocolate caliente y un buen libro en el regazo, mientras llueve, nieva o graniza más allá de tu ventana. Y aunque todo esto suene muy utópico, es la pura realidad.
Este libro de relatos pretende ser justamente eso: ese libro que haga más llevadero cada invierno, el que derrita el hielo de los rincones oscuros y congelados del alma. Porque las palabras son la mejor medicina para cualquier resfriado, más dulces que la leche con miel y más cálidas que el fuego de la chimenea.