El autor expone sus conocimientos adquiridos como perito en materias de grafoscopía y documetoscopía durante veinte años, con el objetivo de revelar la importancia de realizar dictámenes demostrativos, comprobables y lo más científicamente posibles, refiriéndose a los dictámenes resueltos por él mismo, en diversos procesos judiciales.
En la parte correspondiente a la grafoscopía, López Landeros expone la majestuosidad que conlleva la escritura al provenir de ciertas partes del cerebro, basándose en estudios científicos, así como en leyes y principios que nos indican que la escritura de un individuo es propia y se diferencia de la de los demás. En este mismo apartado define los tipos de “falsificaciones” que son propias de la materia, ilustrándolos y explicándolos con ejemplos, como la falsificación libre o por imitación, por invención de trazos y por simulación.
En la parte correspondiente de documentoscopía define los tipos de útiles inscriptores y la importancia de la hechura del papel. Hace valer la necesidad primordial de utilizar fotografías en microscopio para resolver y demostrar diferentes alteraciones propias de la materia como borrado con goma, borrado por lavado químico, alteración por agregado, los cuales se ilustran y explican con ejemplos, al igual que otro tipo de falsificaciones como la de “calco”, donde necesariamente se debe utilizar el microscopio; como la falsificación, utilizando impresora de inyección de tinta, que actualmente es muy empleada por los falsificadores.